Don José Gener y Batet fue un catalán español que emigró a Cuba a la edad de trece años en 1831. Trabajó en la web de su tío plantation en Vuelta Abajo. Alrededor de 1850, se fue a La Habana para crear una fábrica y su propia marca de puros: La Escepción.

El éxito fue directo y en la década de 1860, José Gener utilizó el capital adquirido para comprar la finca " Hoyo de Monterrey " situada en el corazón de la famosa Vuelta Abajo en San Juan y Martínez. En español, "Hoyo" significa agujero y " Hoyo de Monterrey " significa el agujero de Monterrey. Un término especialmente apropiado para esta Vega, que se extiende por las orillas del río que pasa por San Juan y Martínez. Esta tierra tenía fama de producir el mejor tabaco cubano de la época.

La marca de cigarros Hoyo de Monterrey de José Gener fue registrada en 1865 en la dirección de su fábrica en la calle Alfonso 7, La Habana. Los puros, elaborados con mezclas dulces y aromáticas, se convirtieron rápidamente en un éxito internacional y fueron muy populares en Inglaterra.

Don José Gener y Batet regresó a España en 1895 y murió allí en 1900. Su hija, Lutgarda Gener, se hizo cargo del próspero negocio familiar. En ese momento, la fábrica Hoyo de Monterrey era la más grande de Cuba, y daba empleo a no menos de 350 trabajadores.

Tras la muerte de José Gener, la demanda de puros disminuyó. La familia se concentró más en las plantaciones de caña que en los campos de tabaco. En 1931, la marca Hoyo de Monterrey, junto con La Escepción, fue vendida a la empresa Fernández Palicio y Ca. Esta empresa fue fundada por Ramón Fernández y Fernando Palicio y ya poseía dos marcas, entre ellas Punch y Belinda.

A la muerte de Ramón Fernández, en 1948, Fernando Palicio se hizo cargo del negocio y creó la empresa Fernández, Palicio y Cía. S.A. de la que era el único propietario. En el momento de la revolución, seguía ubicada en la calle Máximo Gómez, 51, con sus numerosas marcas como Hoyo de Monterrey, Punch, La Escepción, Belinda y muchas otras; representaba el 13% de las exportaciones de cigarros cubanos en 1958.

Después de la revolución, la producción de cigarros Hoyo de Monterrey fue ininterrumpida, así como la de Punch y La Escepción. Siguen siendo tan populares como siempre entre los aficionados.